martes, 27 de mayo de 2008

Akita


Huellas


¿A qué lugar inconmensurable de tu alma se dirigían los pensamientos ese día?
Tal vez, no había pensamientos ni imaginación solamente búsquedas. El mar te acariciaba, pero no se atrevía a abrazarte, el viento te acompañaba y celosas las costas daban lugar a unos pies doloridos de espera.
¿Habría lágrimas de dolor en la cara del mar y por eso no te rozaba con su cresta calma? ¿Se escondían sus ojos de los tuyos, acaso?
¿Habría un pronto reencuentro con los pensadores de otros tiempos? ¿Con aborígenes sedientos de amor?
¿Qué otros pies habrán pisado hoy esas mismas huellas?
¿Qué le murmuraste al oído al viento para que trate de acompañarte tan huidizamente?
Una ola muy incipiente viene a buscarte como esos niños pequeños que escapan de las manos de la madre cuando ésta no quiere que adelanten una sorpresa al ser amado.
Buscabas sorprenderte por una tibia caricia que pronto te acaparará lágrimas con sus dulces labios y dejarán de ser sus ojos los cristales de su rostro para convertirse en espejos de amor donde se refleje tu alma al mirarse en la Otra, en la de Dios...

Tu amiga, Akita, Ivana o como deseés en esa caminata, voy también yo...¿me ves?¿me hueles?¿me percibes? Yo sé que sí...

Akita

Profesora de Lenguas y poeta cordobesa

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